Flying es un disco para escuchar al vuelo. Ocho obras ágiles, lúdicas, rotundas y veloces donde Alejandro Escuer despliega su virtuosismo. Un batir de flautas y sus alas de metal: cientos de mariposas emigrando, replicando los sonidos del vuelco, las voces secretas y sus códigos, el laberinto sonoro del viento. Una cascada de pájaros sobre un jardín vertical; multitud de rumores y soledades atrapados en las redes invisibles que la sociedad, como ilusionista, ha tejido en el espacio.
Obras de origen y propósitos diversos que muestran el caos sonoro de la existencia, la ansiedad de transmitir a voz en cuello nuestros murmullos, el peso de una parvada sobre nuestras cabezas. Pero también en ellas escuchamos la libertad de un par de alas sobre el aire, la ligereza y el ímpetu del vuelo: delicados sonidos que descienden en el oído como pasos precisos en una escalera angosta donde uno, poco a poco, va abandonando el ruido saturado de los días y así, ligero y despejado, sobre el lomo de la flauta de Alejandro, puede echarse a volar.